Las empresas españolas deben adherirse a los principios básicos establecidos por la LOPDGDD y el RGPD al procesar datos personales, estos principios incluyen la legalidad, lealtad y transparencia en el tratamiento de datos, la limitación de la finalidad, la minimización de datos, la exactitud, la limitación del plazo de conservación y la integridad y confidencialidad.
Además, las organizaciones que manejan grandes volúmenes de datos personales o realizan operaciones de tratamiento de datos específicas, es obligatorio que designen un Delegado de Protección de Datos. Este profesional actúa como punto de contacto interno y con la autoridad de control, supervisando el cumplimiento normativo y asesorando sobre cuestiones relacionadas con la protección de datos.
Otro aspecto clave en la materia es el consentimiento del titular de los datos, como requisito fundamental para el tratamiento de datos personales. Las empresas deben garantizar que obtienen un consentimiento claro, específico e inequívoco para cada finalidad de tratamiento. Además, se debe informar de manera transparente, clara y sencilla sobre cómo se utilizarán los datos, proporcionando políticas de privacidad comprensibles y fácilmente accesibles.
No debemos olvidar que la normativa otorga a los individuos diversos derechos sobre sus datos personales, entre los que se encuentran el derecho de acceso, rectificación, supresión, limitación del tratamiento, portabilidad de datos y oposición, por lo que las organizaciones deben estar preparadas para facilitar el ejercicio de estos derechos por parte de los titulares de datos y garantizar un proceso eficiente para responder a las solicitudes.
Asimismo, en determinadas circunstancias, las empresas deben llevar a cabo una Evaluación de Impacto en la Protección de Datos: este proceso implica evaluar y mitigar los riesgos para los derechos y libertades de los titulares de datos antes de llevar a cabo ciertos tipos de tratamiento, especialmente aquellos que puedan presentar un riesgo elevado.
La seguridad de la información es crucial para la protección de datos personales. Las empresas deben implementar medidas técnicas y organizativas adecuadas para garantizar la confidencialidad, integridad y disponibilidad de los datos, lo que incluye la encriptación, la gestión de accesos y la monitorización de posibles brechas de seguridad.
Por otro lado, si una empresa realiza transferencias de datos personales fuera del Espacio Económico Europeo (EEE), debe cumplir con restricciones específicas. Se pueden utilizar cláusulas contractuales tipo, normas corporativas vinculantes o contar con la aprobación de mecanismos de garantía.
Por último, las organizaciones están obligadas a mantener un registro de sus actividades de tratamiento de datos; este registro debe contener información detallada sobre los tipos de datos procesados, las finalidades del tratamiento, las categorías de destinatarios y los plazos de conservación.
En definitiva, la protección de datos personales no solo es un requisito legal, sino también una parte integral de construir y mantener la confianza de los clientes: las empresas deben adoptar un enfoque proactivo para garantizar el cumplimiento, implementar medidas de seguridad sólidas y fomentar una cultura de respeto a la privacidad.
Si quieres obtener más información sobre cómo podemos ayudar a tu empresa a implementar de manera correcta las obligaciones que impone la normativa en materia de protección de datos, siéntete libre de contactarnos y estaremos encantados de ayudarte.